LA SALUD DE LA NATURALEZA ESTÁ EN TUS MANOS. ¡IMPLÍCATE!

Querid@ amig@:

Este es un grito humilde desde el fondo de mi corazón, y está dirigido a ti.

Muy posiblemente te ocurra lo que a mí. Pones el telediario y te encuentras noticias como que   en 2050 en los océanos habrá más plásticos que peces  o que   la industria del   fast fashion  está creando una crisis medioambiental. Entonces, surge esa mezcla de sentimientos entre el miedo, la rabia y la impotencia que hace que afloren unas lágrimas en tus ojos. Luego, miras a los niños pequeños de tu entorno y te peguntas: “¿qué planeta os vamos a dejar? ¿En qué mundo vais a vivir? ¿Podréis disfrutar de una tarde en el campo cuando seáis mayores o ya ni siquiera existirán?” No sé a ti, pero a mí se me pone la piel de gallina cada vez que me invaden esos pensamientos.

Sin embargo, no estoy delante de mi ordenador para incrementar tu malestar. Al contrario. Si estoy aquí es para decirte que   tú puedes ayudar a frenar esta situación; para recordarte que el medio ambiente y todos los habitantes de este planeta -empezando por tus hijos, tus sobrinos o esos niños que tienes cerca-, te necesitan.

Lo sé, lo sé. Seguramente al leer esto habrás pensado: “pero ¿qué quieres que haga? El problema es muy grande y yo solo soy una simple mortal. No tengo poder para cambiar nada”. Pues déjame decirte que te equivocas. Como poco,   hay una pequeña parte del mundo que sí puedes cambiar. ¿Sabes cuál?   ¡Tú misma!  Tus acciones diarias, tus compras, lo que consumes… dependen exclusivamente de ti y tienen un gran impacto medio ambiental.

Sólo párate a pensar un momento en lo que has hecho hoy. ¿Has consumido productos envueltos en plástico o que estuvieran hechos de este material? ¿Te has vestido con ropa   fast fashion? ¿Has ido al trabajo en un medio de transporte sostenible o has utilizado tu propio coche? Es decir, ¿has dañado hoy la naturaleza de algún modo? Pues ahora, multiplica el mismo impacto por siete mil millones de personas y te darás cuenta de por qué el medio ambiente está atravesando esta situación.

Pero ¿te cuento otra cosa? No solo es posible multiplicar el daño que le ocasionamos al planeta.   Podemos hacer lo mismo con los esfuerzos y las buenas actitudes. ¿Te imaginas que nunca más nadie comprara una bolsa de plástico? ¿O que cada uno de nosotros fuéramos al supermercado con nuestros propios envases y que los utilizáramos una y otra vez? ¿Cómo sería un mundo en el que dejáramos de derrochar agua, energía y materias primas?

¿Te gustaría vivir en ese mundo? Pues, entonces, no lo olvides.

¡La salud de la naturaleza depende de ti!

¡Construir un mundo más sostenible está en tus manos!